26 marzo 2009

Recomendación del mes

He decidido empezar a hacer recomendaciones que evidentemente ustedes no necesitan. Pero nunca me ha importado lo que necesitan o no así que de todos modos las haré. Serán recomendaciones mensuales por la sencilla razón que soy demasiado desidiosa para hacerlas (buda me libre) semanales.

Pues bien, una vez hecha la innecesaria aclaración veamos la recomendación del mes:

(tambores de suspenso)

Cowboy Bebop

Reviviendo las viejas glorias de Locomotion hace poco volví a ver este anime y no pude sino sorprenderme de la genialidad de esta obra. Ambientada en el año 2071, nos muestra una visión cosmopolita y un tanto desolada del futuro, donde un grupo muy peculiar de cazarecompensas intenta ganarse la vida capturando fugitivos. Cada uno carga el peso de su pasado, y abordo de la nave espacial bebop se dirigen, sin saber, a los desenlaces de sus historias personales. La serie nos dota con grandes momentos de acción aderezados con música jazz.

De los mejores montajes que yo he visto en un anime, combinando perfectamente las imágenes, los planos, las secuencias de acción, los flashbacks, con un soundtrack espectacular.

Muy recomendable. Para muestra los dejo con el ending.




16 marzo 2009

Odio a la gente

Y no, no lo digo en sentido figurado, yo en verdad odio a la gente. Desde el niño pequeño que patea tu asiento en el autobús, hasta el anciano gruñón que camina lento por las calles. En verdad los odio. Me atrevería a afirmar, sin temor a equivocarme, que odio a la humanidad entera.

Y es que de todas las especies animales, somos la más despreciable y contradictoria. Somos egoístas, avaros, hipócritas, sucios y malandrines (siempre quise usar la palabra malandrín en algo, así que aquí está metida con calzador). Pero lo que más me molesta de la humanidad, es que nos vale un reverendo cacahuate el otro. Lo definiría como que somos irresponsables socialmente; es decir, podemos ver que un cojo se está cayendo y no ofrecerle el asiento, ser testigos de un crimen y voltear para otro lado, tirar la basura en la acera de enfrente, meternos en la cola del supermercado y etcétera etcétera etcétera. En pocas palabras, pasamos encima de los otros para obtener el beneficio propio.

Todos caemos en estas acciones, todos somos despreciables. Es por eso que somos una raza destinada a desaparecer, a ahogarnos en nuestra propia inmundicia. Hay días en los que mi odio hacia la humanidad aumenta, y deseo con todas mis fuerzas que llegue pronto el apocalipsis zombie.