22 junio 2007

Él era Xavier con X

Así es, él no se llamaba Javier con la clásica y aburrida J; él tenía un nombre más elegante y sofisticado: Xavier...con X, para no confundirse con la chusma. Y es que había que darle fuerza al nombre para que concordara con su vida; su vida que fue un drama, un sufrir, una poesía, un cantar, un vaivén, una carcajada transformada en llanto, un exilio interior... un telón destinado a caer tras una fabulosa actuación. Yo sólo le puedo dar el aplauso que escuchó siempre lejano.

Él explica el amor de una manera que dan ganas de cortarse las venas:


Amar es una angustia, una pregunta,
una suspensa y luminosa duda;
es un querer saber todo lo tuyo
y a la vez un temor de al fin saberlo.


Amar es reconstruir, cuando te alejas,
tus pasos, tus silencios, tus palabras,
y pretender seguir tu pensamiento
cuando a mi lado, al fin inmóvil, callas.


Amar es una cólera secreta,
una helada y diabólica soberbia.


Amar es no dormir cuando en mi lecho
sueñas entre mis brazos que te ciñen,
y odiar el sueño en que, bajo tu frente,
acaso en otros brazos te abandonas.


Amar es escuchar sobre tu pecho,
hasta colmar la oreja codiciosa,
el rumor de tu sangre y la marea
de tu respiración acompasada.


Amar es absorber tu joven savia
y juntar nuestras bocas en un cauce
hasta que de la brisa de tu aliento
se impregnen para siempre mis entrañas.


De verdad dénse la oportunidad de leerlo. Ya después hablaré de su gran aportación al teatro en México.

2 comentarios:

Carlos C dijo...

Él era Xavier con X, y solía escribir Amor así, con A mayúscula, dueño de la poesía con P, también mayúscula. Como mayúscula es tu reflexión. Buena imbricación, Triquis.

Anónimo dijo...

Joder!!! Yo me llamo Javier, y no importa que mi nombre no se escriba con "X" soy un vulgar. Joder!!