Siempre he pensado que vivo en dos realidades paralelas. Una es la que estoy viviendo en este momento (el hecho de encontrarme en este preciso lugar, escribiendo este preciso post, a esta precisa hora). Es la realidad que me obligaron a vivir y que yo acepté sin darme cuenta. Pero bueno, no me arrepiento. Si le quitamos las drogas, los líos pasionales, los problemas con la mafia y la pérdidas monetarias en el black jack, podemos decir que no me ha ido tan mal.
La otra realidad es el hubiera. A lo que renuncié. Todas las mujeres que pude ser y no fui. La posibilidad de haber podido crear una historia totalmente diferente a la que vivo (mal vivo) día a día. Posibles historias, posibles recuerdos, posibles amigos, posibles anécdotas, posibles pérdidas...y, por qué no, posibles amores que dejé olvidados en la jungla de cemento llamada DF.
5 comentarios:
hay que desquitarnos en un frenesí de libertinaje y perdición entre nuestras carnes impuras al son de Pink Floyd y los Rolling`s Stones...
Oh sí. Irrealidades.
El problema, creo yo, es el sistema en el que se vive...
Nostálgicamente tambien recuerdo, así como tú, todas aquellas ocasiones que pude haber mejorado mi vida, aquellas en las cuales tuve que haberme atrevido más y aquellas en las cuales pude haber cambiado mucho..., pero aquí estoy escribiendo y recordando, junto a tí, lo que antes fue.
Ni hablar, ahora a preocuparse de lo que será... aún hay tiempo para cambiar eso.
Te mando un gran abrazo
Rompiendo con la solemnidad:
El DF es bien pitero. Y me queda bien cerquita.
Uy.
Je. Pero al menos hay algo bueno: acá conociste a Haziel.
Nah.
A mí.
Nah.
¿A yeicé?
A toda la bola, pues.
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