01 agosto 2008

La pérdida de la inocencia

Y no, no voy a hablar de sexo ni de la primera vez que uno rompe su cacahuatito (esa frase me parece de lo más vulgar no obstante la considero genial) porque para cuando uno llega a esas circunstancias la inocencia la ha perdido ya hace tiempo.

Hablo de cuando uno deja de ser aquel niño inocente y se da cuenta que hay algo más allá de la burbuja en la que vive, cuando algunas cosas se presentan ante nosotros como una revelación. Ese momento preciso en el que uno intuye que a partir de ahí nada se volverá a ser igual; cuando se tiene la certeza de que al día siguiente todo será diferente.

Mi pérdida de la inocencia fue cuando tenía doce años más o menos, estaba con mi papá en la sala viendo la tele; en eso le cambio al canal once y estaba una película mexicana, como apenas iba empezando le dejo ahí y la empezamos a ver. Se trataba de La guerra santa, una película de Carlos Enrique Taboada y protagonizada por José Carlos Ruíz (si quieren saber quiénes son googleénlos). Como su nombre lo dice la película habla de una "guerra santa" (¡duh!) es decir de la Cristiada.

La película se me hizo sumamente fuerte al grado de hacerme llorar (sí señoras y señores yo solía llorar aveces) pues las imágenes son sumamente impactantes: vemos a los federales torturando a los cristeros, cristeros torturando federales, federales siendo obligados a cavar sus propias tumbas, cristeros caminando sobre espinas, sacerdotes ricos viviendo en la opulencia y tomando su cafecito... etc. Pero hubo dos escenas que se me quedaron grabadas: una donde matan a un señor frente a su hija y la otra cuando Celso (José Carlos Ruíz) llora amargamente frente a una iglesia del pavor que le daba ir a la guerra.

No terminé de ver la película porque mi papá me mando a dormir, pero recuerdo que esa noche no pude pegar el ojo, en serio, es la primera y la única película que me ha quitado el sueño literalmente. En mi mente sólo veía esas imágenes desgarradoras y me puse a pensar en qué haría yo si mataran a mi padre frente a mis ojos. Espeluznante. Pero lo que más me impactó fue el hecho de que no era ficción, era un hecho que había ocurrido y que quizá había sido peor de lo que presentaban en esa película.

Y como es común en mí, alimenté mi trauma, los meses siguientes me dediqué a leer todo lo que me encontraba sobre la cristiada (hasta hice un trabajo en la secu y toda la cosa) y entre más leía sobre esa guerra más me parecía una aberración.

Esa película fue el primer desencanto que tuve de la iglesia (y la razón por la que ahora soy una budista wannabe muy cool) fue cuando me di cuenta de lo perversos que pueden llegar a ser los hombres, de lo inútiles que son las guerras en general, pero más las que se hacen en el nombre de "dios". A eso yo le llamo perder la inocencia: cuando uno adquiere conciencia de lo horrible que puede llegar a ser la humanidad, cuando te cae el veinte que más allá de las paredes de tu cuarto hay un mundo que se está cayendo a pedazos.

José Carlos Ruíz: el hombre que me hizo llorar. Buaaa.



No he vuelto a ver esa película, pero como que siento que es buen momento para volverla a ver y así superar mis traumas. Snif ¿dónde está mi terapeuta?

3 comentarios:

Luis dijo...

1)De hecho, Benito Juarez actuo en varias películas representando a José Carlos Ruíz.

2) Siempre que escucho sobre los cristeros, invariablemente pienso en crisantemos y toda la ficción bélica se me cae, snif.

3) Tu empezaste a arruinarlo desde que rompiste tu cacahuatito en tres partes, en lugar de dos, como toda la gente decente.

4)No mames, ando pedísimo y aún así pongo acentos e incisos o como putas se llamen.

5) You suck big time ¬¬

Chilangelina dijo...

Bueno, la cosa es esta: pierdes la inocencia porque descubres que el mundo es una mierda, pero lo más importante es que tras la enorme decepción viene el deseo de actuar: entonces te vuelves justiciera y mientas madres a diestra y siniestra (o sea, derecha e izquierda, pero si eres decente más pa' la derecha, 'eda) y empiezas a luchar para CAMBIAR EL MUNDO, sí señor.
Otros sólo se vuelven alcohólicos.

Taquero Narcosatánico dijo...

Y otros se vuelven alcohólicos superheroes...

Aunque no como Iron Man, ese me cae gordo.